Reconozco que Marruecos siempre me había dado pereza. Es difícil expresar la razón, siquiera saberla, pero así era.Tras pasar unos días allí recientemente , lo único que puedo pensar es : ¿Cómo he tardado tanto en visitar este país? Esta pregunta retumbaba en mi interior una y otra vez, mientras paseaba por las calles de Marrakech.
El viaje a Marrakech fue casi inesperado, algo de última hora. Otros destinos me tentaban para finalizar el año y empezar uno nuevo. Pero había algo en mi interior que me decía “vete a Marrakech”. Soy una persona que deja llevarse por su instinto muy a menudo. Y como otras múltiples veces, acerté dejándome llevar. Marrakech me enamoró al instante de llegar. Fue un amor a primera vista. Aunque llegamos de noche, tarde y fuimos directos a dormir , tan sólo llegar, la magia de la ciudad ya me había conquistado. El sentimiento que experimenté al cruzar de noche las callejas de la Medina para llegar a nuestro riad, no haría más que acrecentarse al día siguiente y a la luz del día.
Marrakech es una explosión para los sentidos: sus olores, sus colores, sus sonidos, su gastronomía, el trajín de sus gentes aquí y allá, sus puertas salidas como de un cuento, el laberinto de sus calles de paredes rosadas….. Un lugar donde perderse una y otra vez (y aquí es en el sentido literal de la palabra) . Una ciudad para saborear con calma.
Estábamos 5 días en la ciudad y nuestra intención era habernos escapado un día a visitar la ciudad costera de Essaouira, que personalmente me apetecía muchísimo. Fue imposible. No fuimos capaces de abandonar Marrakech. Yo sólo deseaba pasearla una y otra vez. Recorrerla con calma y absorver toda su vida. Saborear cada instante. Sentarme una y otra vez en alguna de sus terrazas a disfrutar de un té con menta. Perderme de nuevo por el laberinto de la Medina. Escuchar de nuevo el canto del muecín. Estaba absolutamente atrapada.

Marrakech no es una ciudad especialmente monumental, ni con decenas de visitas turísticas, – aunque hay algunos sitios espectaculares para visitar-, y muy posiblemente pueda visitarse de sobras con dos días. Pero yo sentía que no estaba allí para visitarla, sino para vivirla. Era como si Marrakech hubiera estado toda la vida esperándome.
Así que pasamos los 5 días recorriendo sus calles una y otra vez. Saludando a los vecinos del callejón de nuestro riad que ya nos conocían, o a los vendedores de algún zoco que nos habían visto pasar ya unas cuantas veces por allí. Disfrutando de tajines, cus cus y otras delicias gastronómicas. Y saboreando un té con menta tras otro, mientras veíamos la vida pasar. Y francamente, los 5 días me supieron a poco, muy poco.
Recién llegada, estoy deseando ya volver y descubrir otros lugares de este fascinante país. Parece imposible que siendo Marruecos un lugar tan cercano a nuestro país, la sensación de adentrarte en otro mundo y otra cultura, sea tan intensa.Esa misma sensación que se siente cuando viajas a miles de kilómetros, pero a tan sólo 2 horas de viaje en avión.
Pero antes de llegar hasta la magia de Marruecos, hicimos una parada. Mi último post sobre Málaga , con el que estrené la nueva sección Living Spain, me había convencido a mi misma. Ya era hora de visitar esta ciudad que aún no conocía. (La verdad que este año está siendo el año de cumplir con asignaturas pendientes viajeras. De momento llevo dos, y en breve me toca una tercera)
Así que fue dicho y hecho. Antes de ir hacia Marruecos, haríamos un paradita en Málaga. Y también hubo enamoramiento. La capital malagueña me cautivó. Incluso llegué a pensar que no me importaría nada vivir allí.
Estuvimos 2 días y medio siguiendo los consejos que Fran de Myguiadeviajes me había dado al colaborar con mi post sobre Living Málaga, así que tenía ya el trabajo de investigación hecho. Además tuvimos la suerte de que nos hiciera de anfitrión una tarde, en la que lo pasamos en grande. Un cicerone de lujo.
Málaga me pareció una ciudad intensamente viva , alegre y muy cuidada. Un lugar apetecible y entrañable, con gentes cercanas y amables. Con hermosos rinconcitos que descubrir.
Disfrutamos de largos paseos al sol. Un lujo teniendo en cuenta que en el Norte, donde vivo, hacía un frío que pelaba. De reencuentro con mi querido Mediterráneo. De rutas de tapeo intensas y llenas de sabores deliciosos. De dos días estupendos en un lugar que ya ocupa un lugar en mis ciudades para volver. Absolutamente recomendable.
Vendrán nuevos posts sobre estas ciudades donde pasamos maravillosamente los últimos días del año y los primeros del 2014. Repletos de recuerdos de enamoramientos intensos por Marrakech; de colores penetrantes; de sabores a té, a tajines; y a tapeos y boquerones al sol en Málaga ….

Estupenda entrada, Carol. Mi hermana ha estado en Marrakech hace muy poquito y también ha vuelto enamorada por la magia de esta ciudad. ¡Sólo falto yo! Un saludo
Muchas gracias Alicia!
Pues ya tardas en ir. Seguro que también vuelves enamorada como tu hermana y yo!
Un abrazo
Bravo bravo y bravo, se nota que has disfrutado este viaje!!! Fue un placer conoceros en persona y enseñaros un poco mi ciudad!! Y de Marruecos, que te puedo decir, me declaro otro enamorado de su gente y su cultura!! Un abrazo
Gracias Fran!
Todo lo que empieza bien, bien suele acabar 😉 Así que no podía sino disfrutar a tope de este viaje.
Para mi también fue un placer conocerte en persona y recorrer un poco contigo tu entrañable ciudad.
Un abrazo fuerte!
Eso mismo me pregunto yo: ¿cómo has tardado tanto en viajar a Marruecos???? Cierto es, es uno de esos países que atrapa y al que siempre deseas volver.
Ya AL. Una eternidad ha tenido que pasar. Todo el rato me lo preguntaba. Es uno de esos lugares que debería haber conocido con 18 o 20 años. Pero mejor tarde que nunca no? 😉 Ahora ya estoy atrapada.
Besos
Mira que tengo cerca Marruecos, de hecho en las mañanas claras la diviso su costa desde casa, pero aún no me he animado a visitarla, viendo tus impresiones me dan unas ganas tremendas de ir para allá 😀
Lástima no poder coincidir en Málaga, pero ya se sabe entre viajeros lo más normal es cruzarse por el camino y a nosotros nos tocaba conocer Berlín jaja
Un saludote!
Sí, a mi también me dió mucho pena no poder coincidir en Málaga José Carlos. A ver si para la próxima.
Pues te recomiendo Marruecos, que además lo tienes al ladito. Seguro que te pasa como a mi.
Un abrazo!
La verdad es que Marrakech es una ciudad mágica… Y Málaga… ¡Qué bien se come en Málaga! Un abrazo fuerte 🙂
Mágica totalmente Marta. Que maravilla!
Y Málaga … una auténtica gozada!
Un fuerte abrazo!
No conozco Marruecos! desde luego que después de leer y ver tu entrada me entras unas ganas de ir! locas!
Málaga sí! Me chifla!! además que no hace mucho, recorrimos entre sus callejuelas el Camino Mozárabe!
WomanToSantiago
Me alegra mucho saber que esta entrada te ha inspirado ganas de ir Noelia.Espero que puedas ir muy pronto!
Málaga me ha chiflado también.
Que bien pasar el fin de año a pleno sol y en un lugar tan bonito como Marrakesh, que envidia!!
Espero tus siguientes entradas, y las fotos que lo acompañan, pues creo que esta es una de las ciudades mas interesantes donde he estado!
Petons!!
I ho torno ha dir: fantàstica la foto de la posta de sol!! 🙂
Ay sí Lluís. Esos días de sol y luz, no sabes cómo me cargaron las pilas. Y empezar el año en Marrakech fue una auténtica gozada!
Gràcies per lo de la foto! Va ser un moment màgic la veritat!
Petons!
Me alegra que te haya gustado Marruecos, es un país fascinante. Marrakech a pesar de ser una ciudad muy turística es increíble; tienes que volver, a Marruecos Fez es un auténtico viaje a la Edad Media, Tánger que tiene fama de no ser especialmente bonita, a mí me encanta, Chaouen,,,hay tanto por ver…estoy segura que ahora que ya te ha picado el gusanillo no pararás. Málaga también merece la pena, aunque a pesar de tenerla a tiro de piedra no la visito tanto como debiera, pero cuando voy me siento muy bien allí. Ya sabes, cuando vuelvas por el sur pasa por Cádiz, que también merece mucho la pena y tenemos pescaito frito, je je. Un saludito.
Totalmente fascinante Caliope. Y Marrakech como dices, es increíble a pesar de estar repleta de turistas. Pero eso no le quita ni una pizca de magia, sobre todo si te pierdes un poco. Cosa muy fácil en esa ciudad por otro lado jejeje Tengo muchísimas ganas de Fez. Espero que sea mi próxima visita al país.
Cádiz es un lugar que me encantó también. Así que a ver si vuelvo muy pronto por allí.
Un abrazo
Yo lo tengo pendiente, pero viendo esas impresiones me muero de ganas de ir. Estuve en Túnez y, aunque imagino que no es lo mismo, también volví prendada de tantas sensaciones, sonidos, sabores… Un saludo!
Bienvenida al blog Angie. Y gracias por tu comentario!
Yo Túnez también lo tengo pendiente, así que no puedo comparar. Pero Marrakech seguro que sin duda te prenda también. Sensaciones a flor de piel!Espero que puedas ir pronto.
Un saludo!
Buen artículo Carol, y excelentes fotos. Totalmente de acuerdo contigo, Marrakech enamora a pesar de los prejuicios iniciales, y es que la ciudad ha cambiado mucho. Bueno, más que la ciudad, que sigue siendo un reducto del pasado, sus habitantes, que con el paso de los años han entendido que atosigar al turista no les reportaba nada positivo. Aún queda cierta fama de aquellos tiempos en los que caminar a tus anchas sin que te rodearan guías, vendedores y todo tipo de gente era practicamente imposible, pero hoy en día, perderse por la Medina es un verdadero placer.
Para aquellos que después de leer este animoso post quieran algo más de información práctica sobre Marrakech, que hacer, que ver, curiosidades, etc, les invito a leer el siguiente blog
http://riadbelleepoque.blogspot.com.es/
Un saludo y enhorabuena de nuevo. Ah, y Malaga no lo conozco, pero esos boquerones no me los pierdo por nada del mundo.
Gracias por tu comentario Jose.
En mi caso prejuicios no tenía ni uno. Tenerlos no es algo que me caracterice. Personalmente, simplemente no me tentaba el destino en demasía.
Sobre lo que comentas , perderse en la medina es un verdadero placer efectivamente. Pero los atosigamientos de guías improvisados (aunque ellos te dicen que no lo son) diciéndote que esa u otra calle está cerrada y que tienes que ir por aquí y por allá y que ellos te llevan (a cambio de unas monedas al final obviamente) es verdaderamente atosigador. A mi me gusta mucho pararme a observar un rincón, una casa, un momento…. Y alli eso se hacía muy complicado. A la que parabas y no ibas a un sitio concreto, ya te salía ipso facto el paisano de turno a darte la murga con por donde tenías que ir y que te acompañaba. Entiendo que es su forma de subsistencia y para mi son males menores de los viajes, pero no se si han entendido muy bien lo que tú comentas.
A pesar de todo, sigue siendo una ciudad que enamora y hay gente realmente entrañable.
Un saludo
Yo cuando estuve si que estuve en Essaouira… Si hubieras ido, creo que incluso te habría enamorado más que Marrakech. A mí al menos me dejó mucho mejor sabor de boca y sentí haber estado en una excursión de ida y vuelta en el día.
Sí, me hubiera encantado ir a Essaouira, me dió pena la verdad. Pero más pena me daba irme de Marrakech 😉
Seguro que habrá más viajes allí, así que la próxima no me lo pierdo!!!
Menudo atardecer para despedir el 2013. Desde luego es de esos que se quedan grabados en la retina.
Un el comienzo del año tampoco pudo ser mejor, en Málaga.
Esperando leer más de ambos lugares.
Un saludo 😉
Sí, ese atardecer fue una auténtica maravilla Helena. Una manera estupenda de despedir el año.
Málaga fue antes de ir a Marruecos, así que el comienzo del año también fue en la mágica Marrakech. 😉
Pero pasar el último fin de semana del año en Málaga fue realmente genial.
Un abrazo