Acaba el año y es inevitable que echemos la mirada atrás y hagamos un repaso de todo lo que hemos vivido. Y un año más, me siento terriblemente afortunada de todo lo que el mundo me ha regalado.
Para empezar, me siento afortunada por haber podido viajar. Nuevos proyectos profesionales ilusionantes, han hecho que viajara menos que el año pasado. Aún así no puedo quejarme en absoluto. Empecé el año en la hermosa Cerdeña. He hecho algunas escapadas por España. He vuelto de nuevo a mi querida Asia. He regresado a ciudades encantadoras de Europa como Bruselas o Londres. He hecho realidad uno de mis tantos sueños: viajar en globo. Y además he podido llevar a cabo ese proyecto profesional que tanto deseaba y he tenido el apoyo de todos mis seres queridos.
Ya he comentado alguna vez que no suelo tener propósitos de año nuevo. Pero si tuviera que tenerlos, sería que este próximo año que entramos sea al menos como este que dejamos.
Y me siento afortunada por tantas y tan maravillosas sensaciones que me ha regalado el mundo. Las personas que viajamos a veces no somos conscientes de todo lo que el camino nos llega a ofrendar. Así que para concluir este estupendo año, aquí van algunas de las más bellas sensaciones y emociones que nuestro fantástico planeta me ha obsequiado:
1- La reafirmación de mi amor por el Mediterráneo
Empezar el año en Cerdeña, impregnarme de mar, de energía. De pueblos de colores, de buenos alimentos , de atardeceres mágicos… Siempre añoro el Mediterráneo y regresar a él hace que me sienta repleta de energía.

2- La increíble sensación de flotar
Volar en globo era uno de mis sueños que por fin pude hacer realidad este año, gracias a un regalo de mi querido compañero de vida. Me regaló un sueño. Experimentar la libertad de flotar en calma por el cielo. El silencio, rozando las nubes. Sentir que es la tierra la que se mueve bajo tus pies.
3- El dulce regreso a mi juventud
Vuelvo a Londres desde hace muchos años, últimamente sólo por razones de trabajo. Pero en lugar de sentirlo como una obligación laboral, me hace sentir cómoda, confortable. Viviendo la ciudad y no sus rincones turísticos.Como cuando de jovencita no visitaba los lugares, sino que vivía en ellos. Como una habitante más del lugar. Quizás no he visitado todos los museos de Londres. Pero tengo mi lugar favorito para comprarme unas ensaladas que adoro. Siempre vuelvo a comerme una tarta de zanahoria al mismo lugar. Y siempre regreso a la misma tienda de discos. Me siento en mi espacio.

4- La euforia infantil
Pasarme horas y horas jugando con nemo en Malasia. Sentirme una niña tan sólo con unas gafas y un tubo de buceo. El entusiasmo al salir del mar, con una sonrisa de oreja a oreja, y la piel de los dedos arrugada, porque has descubierto un lugar repleto de anémonas y de pececillos payaso. Y no puedes imaginar nada mejor en el mundo, que pasar horas y horas bajo el agua.
5- La dulce nostalgia
La añoranza por un lugar sin haberlo abandonado. Sentirse invadido por sensaciones de placer, de felicidad, de fortuna por haber descubierto ese lugar en el mundo. Pero a la vez de tristeza por tener que dejarlo. Como si un trocito de ti se rompiera al tener que marchar. Es una nostalgia sin dolor, incomprensiblemente placentera.

6- La serenidad
La mágica serenidad al escuchar la música del paraíso. El sonido del que es, desde este año, mi nuevo y maravilloso rincón en Malasia.
7- La locura
La locura causada por el mundanal ruido de los millones de motos en Saigón. Pero a la vez, al haber superado atravesar el primer cruce, la locura de sentirse poderosa, inmortal.

8- La vergüenza
La vergüenza por las abominables y obscenas acciones de la humanidad al visitar el Museo de la Guerra de Saigón. No en vano le llaman también el “Museo de la Vergüenza”. 3 plantas repletas de fotografías, vídeos, escenas y exposiciones sobre la guerra de Vietnam. También el dolor.
9- La alegría
La alegría exultante de ese momento en que te cuelgas la mochila y te marchas a recorrer mundo. La ligereza que paradójicamente te aporta, aún a pesar de cargarte unos kilos a la espalda. El entusiasmo de la libertad. Y la fortuna de ver mundo.
10- El amor
Amor por nuestro planeta. Amor por la inmensidad del mundo. Amor por la grandiosa naturaleza. El amor a mis padres por haberme dado la vida y haberme enseñado a disfrutar de las pequeñas grandes cosas. El amor a mi pareja por acompañarme a ver mundo. El amor por todo lo que el mundo me regala. Y el amor por la vida y por todo lo que está por venir…

11- La satisfacción
La satisfaccion por haber viajado a Vietnam, saltándome todos los prejuicios. Y haber descubierto un país, que no sólo no era como me lo habían pintado. Sino que encima superó todas mis expectativas.
12- La felicidad
La felicidad que me regala viajar por el mundo.
Espero que el mundo me regale tantas sensaciones a lo largo del próximo año. Y espero de corazón que vuestro 2016 también esté repleto de ellas. Yo por el momento, me marcho a seguir buscándolas. Como otros años, salgo al mundo a que el nuevo año me dé la bienvenida. En esta ocasión el Algarve de Portugal me espera. Un lugar que llevo mucho tiempo con ganas de conocer. Confío volver repleta de sensaciones, de emociones, de vivencias y de agradecimiento al mundo.
¡FELIZ AÑO NUEVO A TODO/AS!
Hace pocos días hablábamos en el blog de lo afortunados que somos por viajar, de que no es poco lo que nos da la felicidad sino todo lo mucho que nos ofrecen los viajes. Tú eres un vivo ejemplo… Sentir todas esas sensaciones y darte cuenta de ello ¡Gracias por tus deseos para el 2016! Y a seguir sintiendo tanto en Algarve ¡Un abrazo desde Venezuela!
Así es José Alejandro. A veces no somos lo suficientemente conscientes de la fortuna que tenemos por viajar y lo muchísimo que nos ofrece el mundo, además de la propia experiencia del viaje. Es algo maravilloso, y todos deberíamos pararnos para sentirlo con todos los sentidos, valga la redundancia.
Un abrazo muy fuerte, que el nuevo año os traiga lo mejor y que sigáis disfrutando de todas las sensaciones del camino en ese pedazo viaje y proyeto de vida que estáis llevando a cabo..
Qué buen año, a por un 2016 mejor todavía!
Absolutamente Víctor. Lo mismo para ti. Que tengas un 2016 estupendo. Un abrazo
Las sensaciones que sentimos al viajar son pequeños tesoros que acumulamos.
Que el próximo año podamos acumular muchos mas tesoros.
Saludos y Felices Fiestas
Son grandes tesoros que hacen que la vida sea maravillosa.
Felices Fiestas y que el 2016 os traiga muchas vivencias fantásticas cincuentos viajeros.
Muy buen resumen viajero!! Me quedo con la sensación de satisfacción que sentiste por visitar Vietnam!! Sabía de tus prejuicios, y como me causó muy buenas sensaciones este país, también sabía que no te iba a defraudar!! 😀
Felices fiesta y disfruta de tu nuevo destino viajero!! Al Algarve hace tiempo que le tengo muchas ganas pero se me va resistiendo!
Un abrazo
¡Gracias Mari Carmen! Pues sí, lo mejor es descubrir los lugares por una misma y dejar atrás lo que otros hayan podido experimentar. Al final, Vietnam fue una de esas sorpresas inesperadas.
¡Muy Feliz Año Nuevo!
Un fuerte abrazo
Pues se va un año que veo que veo que ha venido repleto de viajes y cargado de sensaciones. Espero que el 2016 sea igual o mejor.
Un saludo y felices fiestas!
Así es Helena. Un año repleto de buenos momentos. Espero que el 2016 sea fantástico para ti también.
¡Un abrazo y felices fiestas!
Así me gusta, un año bien viajero y encima cargado de sensaciones, de esas que perduran incluso una vez volvemos a casa.
Un besote y espero que 2016 vaya igual o mejor 😀
Que se me había pasado por completo este comentario José Carlos…. ¡Un millón de perdones!
Los mejores deseos para el 2016 también para ti.
Un besazo