Hay lugares donde el tiempo se detiene. Donde las horas pasan despacio, para ser disfrutadas con calma. Como temiendo a que se escapen y no regresen jamás. Donde el entorno es de una belleza tan espectacular que el corazón te dice que no debes hacer nada más que parar, detenerte para observarlo. Para saborearlo. Como si no existiera nada más en el mundo. Como si cada momento fuera el único que importa. Como si no hubiera nada más grande que suspirar por su esplendorosa perfección. Y Muang Ngoi Neua, es un de ellos.
Muang Ngoi es un pequeña aldea en el Norte de Laos. Situada a orillas del río Nam-Ou, un afluente del grandioso Mekong, sus habitantes viven por y para el río. Entre espléndidas y maravillosas montañas kársticas de un verde deslumbrante. Donde la bruma de la mañana o de las intensas lluvias monzónicas, crean un marco de ensoñación que te atrapa.

Sólo llegar a este lugar, e incluso antes de desembarcar, la paz te invade. Te rodea como un velo invisible. Y no puedes hacer nada más que dejarte envolver por él. La serenidad penetra por cada poro de tu piel.

Muang Ngoi es un lugar pequeño, con sólo una calle principal y algunas casitas muy sencillas dispersas aquí y allá. No hay acceso a internet, ni cobertura móvil. Y justo unos 3 meses antes de llegar nosotros instalaron la luz eléctrica 24 horas. (Hablamos del 2013) Hasta entonces sólo se suministraban de luz con generadores durante ciertas horas del día.
Sólo puede accederse a este lugar por el río, lo que ha propiciado que el lugar no se haya convertido en un lugar masificado. Aún así, ya nada se resiste, y por lo que nos dijeron, desde hace un tiempo, en temporada alta los turistas invaden el lugar, haciendo que haya más gente extranjera que locales, paseando por su única calle. La gran ventaja de ir en época de lluvias, como hicimos nosotros, es que apenas hay turistas. A lo sumo éramos una docena y todos nos saludábamos.
En Muang Ngoi no hay gran cosa que hacer si estás deseando hacer visitas turísticas. Muang Ngoi es para ser disfrutada, con Beer Lao en mano, junto al río, respirando su paz. Mientras ves a los niños jugando en el río o las barcas surcando sus aguas marrones y espesas.

Mientras te deleitas con las brumas en lo alto de las montañas. Mientras la verde exuberancia del entorno te abraza, haciéndote sentir que no hay nada más en el mundo que te importe en ese momento, que disfrutar del instante.

O paseando en alguno de los senderos que se pierden en los alrededores, disfrutando de cuevas, de cascadas y de pequeñas aldeas.

Al amanecer te despiertan los gallos. Vale, lo reconozco, hagamos una pausa. Esto no tiene mucha magia. Más bien es una tortura que estén cantando como si no hubiera un mañana hasta las 7h de la mañana, más o menos, que se callan. Y es entonces cuando el canto que anuncia la salida de los monjes para pedir limosna (hay un pequeño templo en la aldea) hace su aparición. Así que te tocará despertarte pronto si tienes el sueño ligero, siento comunicártelo. Pero ese es el precio de estar en este mágico lugar.

A las 20h de la noche ya apenas se ve nadie. Así que lo mejor es que sigas el ritmo de la naturaleza y de los habitantes de este lugar. De hecho, hay un cartel en el embarcadero que indica que a las 22h se debe respetar silencio absoluto.
Entonces, nos dormiremos con mil sonidos de la selva y de los animales que rondan la cabaña hecha de bambú y que quizás hasta paseen por dentro mientras dormimos. Los agujeros en paredes, techo y suelo, son lo más habitual.De nuevo, es el precio que hay que pagar. Pero créeme que lo merece con creces
QUÉ VER EN MUANG NGOI
Hay varias cuevas, la mayoría abiertas al público. Como en otros lugares de Laos, estas cuevas fueron en su día lugar de refugio para los soldados durante la guerra de Indochina.
Si sigues el camino que sale del pueblo hacia la derecha podrás ir a visitar algunas pequeñas aldeas. En varias ocasiones hay que cruzar el río o algún arroyo, sobre todo en época de lluvias, así que lleva calzado acorde.

Cuando llegas al primer poblado hay un pequeña caseta donde te hacen pagar 10000 kips/persona, que a mi personalmente me pareció una tomadura de pelo. Pero es el precio a pagar si quieres seguir caminando.
Allí mismo encontrarás la cueva Tham Kang que se puede visitar.

Las aldeas más próximas son Huay Bor y Huay Sand. Son aldeas pequeñas de gentes sencillas que viven detenidos en el tiempo.


Procura salir pronto tanto por el calor que hace en las horas puntas del día, como porque puede llevarte el día entero, y es importante que no te caiga la noche para volver. Ya sabes que por esos lares, anochece pronto. Pero si te despistas, en alguna de estas aldeas, algunas familias ofrecen su casa para alojarte.
El camino es hermoso, rodeado de extensas plantaciones de arroz de un verde penetrante que se funden entre frondosas y hermosas montañas kársticas.

Hay otro camino hacia la izquierda del pueblo, que se pierde entre la selva y lleva hasta un arroyo. Supuestamente por este sendero hay una cascada, pero no conseguimos encontrarla. Hay varias bifurcaciones de caminos y no está indicado. Pero la zona está repleta de insectos enormes bellísimos y de decenas de las mariposas más grandes y hermosas que recuerdo haber visto.


Todos estos trekkings puedes hacerlos perfectamente por tu cuenta, pero si no quieres que sea así, en la aldea puedes contratar el servicio de un guía o incluo algún trekking de varios días.
Si te interesa, también puedes hacer clases de pesca tradicional en el río. Posiblemente sean los niños quienes te enseñen.
CÓMO LLEGAR
La única manera de llear hasta Muang Ngoi es en barca desde Nong Khiaw, río arriba por el Nam-Ou. El trayecto es más o menos de una hora y cuando fuimos , nos costó 25.000 kips por persona.

Para llegar a Nong Khiaw desde Luang Prabang, puedes ir en bus, unas 4 horas de trayecto, o bien en barco , unas 7 horas río arriba.Aunque no siempre es fácil encontrar barco desde Luang Prabang, sobre todo en temporada baja. A la inversa es más sencillo.
Una vez llegas a Nong Khiaw, si lo haces en bus como en nuestro caso, tendrás que ir hasta el muelle. La estación donde te deja el bus está lejos, a las afueras. Y aunque algunas guías dicen que son sólo 7 minutos andando, no es cierto. Serán como mínimo 30 minutos. Así que puedes coger un tuk tuk, como hicimos nosotros, compartiéndolo entre otros 5 o 6 pasajeros que íbamos hasta Nong Khiaw. Precio del tuk tuk 5.000 kips por persona.
El trayecto en barco desde Nong Khiaw es hermoso, atravesando un pasiaje precioso, pero el viaje se hace muy incómodo. Vas en el barco como sardinas enlatadas, muchísima gente apretujada y sin asientos decentes. Tan sólo una tabla de madera. Así que acaba haciéndose un poco pesado, sobretodo para tus posaderas.
Y aunque hay unos barcos con sillas de madera, que parecen un poquito más confortables, normalmente, cuando llegas, están siempre ocupados o los barqueros recolocan allí a amigos y familiares, si dejarte opción.
Procura llevar calzado adecuado, porque te tocará subirte a la barca por zonas completamente embarradas y a veces incluso puedas pisar el agua. Recomendable ir con mochila. No me imagino alguien con maleta accediendo por estos embarcaderos.
Horarios:
El barco sale desde Nong Khiaw en dirección a Muang Ngoi a las 11:00 y a las 14:00. La vuelta hacia Nong Khiaw es a las 9.30 Con comprar el billete un rato antes es suficiente.

Para el regreso, cuando llegas a Nong Khiaw , y si tu intención es seguir hasta Luang Prabang, hay una furgoneta esperando en el muelle para llevarte a la estación. Nosotros nos quedamos en Nong Khiaw, pero esa es otra historia…..
DÓNDE DORMIR
Hay varias guesthouses sencillas junto al embarcadero o en la calle principal. Algunas de ellas con vistas al río.
Nosotros nos alojamos en la Guesthouse Ning Ning. La primera señora que nos asaltó al desembarcar para vendernos bungalows era la propietaria de este lugar. Y después de mirar otras guesthouses, decidimos volver y quedarnos allí. Nos costó 50.000 kips /noche (unos 5€).
Es un bungalow de bambú, limpio, sencillo pero bastante agradable, cama con mosquitera, un baño medianamente decente con agua caliente y rodeado de un tranquilo jardín (gallos aparte)



Tienen un pequeño restaurante junto al río, donde comimos a gusto varias veces , donde disfrutar de una cervecita con vistas al río o donde pasar un rato muy agradable jugando con sus niños.
Consejo: Si tienes el sueño muy ligero lleva tapones. El sonido nocturno de la naturaleza es inmensamente potente, por no mencionar los cánticos ahogados de los gallos tan pronto como amanece.
DÓNDE COMER
Podrás comer en casi todas las guesthouses. También hay algunos pequeños restaurantes junto al río o en la calle principal. Al final de la calle principal, a mano izquierda, hay uno metido dentro de un jardín que se llama Bee Tree. Muy bonito, con un ambiente muy agradable y una comida deliciosa.

Para desayunar, bien puedes hacerlo en alguna guesthouse o también hay una especie de buffet sencillo en la calle principal. Cuesta 20.000 kips persona, y aunque no tiene mucha variedad y el único día que fuimos estaba todo frío, por ese precio, no está nada mal.Puedes comer lo que quieras.

Antes de ir, leí un artículo de un blog en inglés que hablaba sobre este lugar. El título del articulo era “No vayas a Muang Ngoi”. Éste es uno de esos lugares que guardarías para ti, como ese secreto viajero que no quieres desvelar. Pero ¿quien soy para evitar que tú también disfrutes de un lugar tan maravilloso como éste?
En Muang Ngoi fue donde aprendí a escuchar como crece el arroz. Fue allí donde disfruté deleitándome del lenguaje de la naturaleza durante el día y la noche. Fue allí donde aprendí a escuchar como hablaba el río.
Y aún recuerdo ese intenso olor de la lluvia. Y la paz y serenidad que Muang Ngoi me regaló. Y le estaré siempre inmensamente agradecida.
Si vas a viajar a Laos, no te pierdas mi Guía práctica para viajar a Laos
Hola, gracias por la información que entregas , estoy en el mismo lugar mágico que comentas y me deja sin palabras mirando el río con mi beer Laos, simplemente espectacular, saludos !
Ay Kevin, ¡qué maravilla! Que momentos tan mágicos viví en Muang Noi… Que disfrutes muchísimo. Un abrazo