Hoy vamos a descubrir los manglares y la selva de esta bella isla.
Nos levantamos con un día soleado y bello y nos dirigimos a desayunar frente al mar y con los pies en la arena. El horario de desayuno es el mejor que he encontrado en mi vida en ningún hotel donde haya estado. Se puede desayunar hasta las 13.00h !!!!!!!!!! Ya era hora que un hotel tenga en cuenta que cuando estás de vacaciones, muchas veces te apetece NADA tener que madrugar para ir a desayunar. Además si te levantas tarde y haces un buen desayuno tardío, realmente luego no tienes ni comer.

Como alemán que es el propietario, la oferta de desayuno es excelente. Siempre digo, que algo que recuerdo con nostalgia de mis tiempos en Alemania, son los excelentes desayunos que me pegaba cuando vivía allí. Hay varias opciones de desayuno y nosotros escogemos la Beach Garden Resort , que lleva el nombre del hotel. El desayuno es fabuloso, completísimo y delicioso.
Después del desayuno, una furgoneta viene a recogernos para dirgirnos al Kilim Geopark donde haremos nuestro recorrido por los manglares. Atravesamos toda la isla para llegar, y nos cruzamos con recodos preciosos, pequeños pueblitos, campos de arroz, vacas, búfalos…
Para atravesar los manglares puede hacerse de dos maneras, con pequeñas embarcaciones o bien en kayak. Aunque nos hubiera gustado hacerlo en kayak, puesto que por la tarde tenemos un trekking, preferimos no cansarnos demasiado y escogemos la barquita. Tanto esta excursión como el trekking de la tarde los contratamos con Dev’s Adventures . Me los recomendaron y realmente mereció la pena. Dev y sus guías son naturalistas y adoran su trabajo y su isla. Además la política de esta empresa , totalmente “eco-friendly”, es apoyar el entorno y no alimentar a los animales ni a las águilas pescadoras. Algo que otras empresas hacen con los turistas, ya que venden estos tours con el “eagle feeding” en los manglares, como la actividad estrella. Algo que yo tampoco apoyo, para nada. Además esta empresa evita la ruta turística , llevándote por sitios distintos y donde no había ni un alma, sólo animalejos.
Al llegar donde salen las barcas, nuestro guía nos espera. En la barca no iremos solos, junto a nosotros dos, nos acompañarán todo el trayecto una pareja de Qatar. Ella con su largo vestido negro hasta los pies y su Niqab también negro, que sólo permite vislumbrar sus ojos muy tímidamente. Con el calor que pasamos ese día, no me quiero ni imaginar el sofocón que debió pasar la pobre(aunque viniendo de Qatar, me temo que estará acostumbrada). Él , por supuesto, iba vestido bien moderno y fresquito con su camiseta de algodón y unos shorts.
Me pareció una buena oportunidad de poder conversar con gente de Qatar, porque además era una pareja muy joven. Con él pudimos hablar cuatro frases, era bastante poco sociable, pero ella siempre estaba en segunda fila, y apenas la dejaba hablar. Ya al final del viaje, parece que ella se abrió un poco, e incluso me enseñó las fotos de sus retoños que se habían quedado en casa con los abuelos. Yo creo que también se escandalizaron un poco por mi indumentaria. Nos dejaron bien claro, al contratar la excursión, que fuéramos lo más frescos posible, con el bikini bajo la camiseta y pantalones cortos. Y eso hicimos, claro…
Nos subimos a la barca y empezamos a navegar en silencio adentrándonos en los manglares. La primera parada fue una cueva llena de murciélagos. Nos bajamos, y subimos hasta la cueva que estaba en plena oscuridad. Cuando el guía encendió muy fugazmante la linterna, para no molestarlos, vimos que estaban a cientos dormidos sobre nuestras cabezas. La verdad que impresiona mucho. La cueva está llena también de antiquísimas y bellas estalactitas.
El guía, que era super majete, nos iba explicando todo sobre la fauna y la flora, sobre la importancia de los manglares en el eco-sistema y la cadena alimenticia. Seguimos un poco más por tierra y adentrándonos en la selva, donde coincidimos con unos cuantos monos que se acercaron todos curiosos a ver quien caray éramos los invasores de su territorio. También nos topamos con unos cuantos varanos.

Volvimos a la barca y seguimos nuestro recorrido mientras nos íbamos cruzando con más monos y macacos, perros salvajes, martines pescadores y otras muchas aves que desconocía. Íbamos buscando desesperadamente y con los ojos bien abiertos, serpientes colgadas en los árboles , pero hacía demasiado calor y parece ser que cuando es así, no salen al exterior, así que nos quedamos con las ganas. También hay cocodrilos pero por lo visto, la gente no les gusta y se escoden. O eso nos dijo el guía. No sé si para tranquilizarnos…
Recorrimos también algunas aldeas de pescadores y bellos parajes donde hicimos algunas paradas


Después de un buen rato de bello trayecto, fuimos saliendo de los manglares, para adentrarnos entre un paisaje sublime, en el mar de Andamán. Donde nos bañamos en una pequeñísima playa desierta, rodeada de una vegetación exuberante y de bellos riscos. El lugar era precioso y se estaba de maravilla. Mientras mi pareja y yo disfrutábamos como chiquillos, la pareja de Qatar se fue a la otra punta a sentarse.
Después del gozoso baño, volvimos a los manglares atravesando un par de aldeas de pescadores, para llegar finalmente al lugar donde están todas las águilas pescadoras (símbolo de la isla) y donde encontramos por primera vez en todo el recorrido, otras barcas con turistas. La visión de las águilas revoloteando sobre nuestras cabezas es impresionante y bellísima.
Ya por último, fuimos a otra pequeña aldea sobre el agua, donde vimos una pequeña granja de peces y donde un par de niños que viven allí se unieron a nosotros, haciéndonos de guías, y enseñándonos especies que no había visto jamás.

Allí mismo y en un restaurante flotante, sobre el agua, tomamos una deliciosa comida con sopa Tom Yam y un arroz con gambas. La pareja de Qatar comió en otra mesa, con ella de cara a la pared, puesto que si no, no hubiera podido comer, ya que tenía que levantarse el Niqab para hacerlo y por supuesto, nadie podía verle la cara.
Después de la comida, volvimos al embarcadero y un taxi nos llevó al hotel. La mañana había sido espectacular.
Al cabo de un par de horas, y después de descansar un rato y cambiarnos de ropa, volvieron a recogernos para llevarnos a la selva donde haríamos un trekking. Empezamos en un lugar más cercano al hotel donde de nuevo, un guía naturalista nos adentró a la selva donde estuvimos unas 2 horas caminado , mientras nos iba contando todo acerca de los espectaculares árboles y plantas que nos íbamos cruzando. También nos topamos con varios insectos extraños y monos. El calor en la selva era insoportable, pero la experiencia fue alucinante.En Langkawi hay muchas especies que son endémicas de la isla, tanto a nivel de flora como de fauna, por lo que realmente merece la pena pasar un rato disfrutando del espectáculo que la naturaleza ofrece.
Empalmamos el trekking con un “evening walk”, o sea, un paseo de una hora, cuando el sol ya se iba poniendo y cuando los animales nocturnos empiezan a hacer su aparición. Fuimos afortunados y pudimos ver lemures y ardillas voladoras. Por suerte, la zona estaba también atestada de murciélagos que devoraban ávidos todos los mosquitos.

Tras esta maravillosa experiencia, volvimos al hotel donde cenamos a la luz de las velas y con los pies en la arena.
Después de cenar salimos a dar una vuelta por las numerosas tienditas que hay a lo largo de la carretera. La zona está muy tranquila, se nota que es temporada baja, pero hay varios bares , restaurantes y tiendas, algunas con cosas de baja calidad y otras con cosas muy bonitas, pero mayoritariamente con ropa y artesanía traída de Tailandia (que está justo al lado), pero con precios bastante más caros que allí.Estamos cansados y es tarde, así que decidimos volver a dormir y mañana ya volveríamos a inspeccionar un poco más.
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Que buen plan!. Malasia, no se por que, nunca me ha llamado mucho la atención, pero después de ver tus entradas y las del blog unmundopara3, lo estoy viendo de otra manera, la verdad es que cada vez me atrae más. Saludos!, ;-).
Seguro que te gustaría Valeria. Lo bueno de Malasia es que ofrece una mezcla increíble. Y sobretodo una naturaleza aún abrumadora.
Espero que algún día lo conozcas.
Un saudo